Desafío
¿Cómo puede la industria minera equilibrar la creciente demanda de minerales para la tecnología verde con la necesidad de reducir las emisiones?
Paneles solares, turbinas eólicas, vehículos eléctricos y baterías, todas estas innovaciones y con ellas, la extracción de minerales y metales, tendrán que escalar si queremos cumplir los objetivos climáticos del Acuerdo de París y llegar al Net Zero.
El cobre y el níquel son insumos críticos para las tecnologías verdes. Para apoyar la transición energética, su producción deberá crecer entre un 200 % y un 300 % para mediados de siglo. Sin embargo, su extracción y procesamiento conllevan importantes emisiones de gases de efecto invernadero (GEI): el cobre libera 4 toneladas de CO2 por tonelada de cobre, mientras que la producción de níquel libera entre 12 y 78 toneladas de CO2 por tonelada.
La industria minera debe reducir las emisiones en un 90 % para 2050, al tiempo que aumenta la producción para satisfacer la demanda. Este acto de equilibrio no es tarea fácil; requiere colaboración, coordinación y una acción rápida en toda la cadena de valor.
Como institución financiera para el desarrollo, IFC1 está comprometida con la acción climática y el desarrollo sostenible de dichos minerales críticos. A medida que aumenta la presión sobre la industria minera, IFC, líder del sector privado de la Iniciativa de Minería Climáticamente Inteligente del Grupo del Banco Mundial, trató de desarrollar una hoja de ruta de Net Zero para las cadenas de valor de la minería del cobre y el níquel. Junto con Carbon Trust y sus socios, ellos querían ofrecer una guía sobre cómo la minería de Net Zero del futuro es posible hoy.
Solución
Elaborar una guía de soluciones para la minería de cero emisiones netas
IFC, en colaboración con Carbon Trust, RMI, Colorado School of Mines y Columbia Centre on Sustainable Investment, se propuso crear una visión clara de cómo la industria puede alcanzar el Net Zero y desarrollar un plan de descarbonización enfocado a la acción para la minería de cobre y níquel. Para ello, era esencial estudiar soluciones tecnológicas bajas en carbono y más allá.
Exploramos los mecanismos de apoyo financiero, el apoyo a las políticas de innovación, las oportunidades para una transición justa y otras consideraciones ESG.
La hoja de ruta se elaboró mediante una serie de consultas en profundidad que IFC y sus socios llevaron a cabo con más de 80 expertos de la minería (por ejemplo, Anglo American, Rio Tinto, BHP, Vale), la energía (por ejemplo, Engie), el transporte (por ejemplo, Tesla), los fabricantes de equipos originales (por ejemplo, Komatsu), los clientes intermedios, las asociaciones industriales (por ejemplo, ICMM, Asociación Internacional del Cobre, Instituto del Níquel), los bancos comerciales, las ONG y el mundo académico. A través de una estrecha colaboración, el consorcio: